¡El verano por fin está aquí!

Parecía que no iba a llegar nunca pero lo ha hecho por la puerta grande. Ya es momento de disfrutar de la playa y de la piscina, pero no lo olvidéis, ¡siempre con precaución!

La exposición al sol durante la infancia condiciona la salud de la piel en la vida adulta y por eso es tan importante protegerse de los rayos solares durante los primeros años. El sol ayuda a sentirnos bien y nos ayuda a sintetizar la vitamina D para fortalecer nuestros huesos, pero también tiene algunos efectos negativos, como las quemaduras solares.

Aunque nos resulte difícil de creer, la piel tiene memoria. Por ello, queremos daros algunos consejos para que este verano no os tengáis que preocupar de nada más que de pasarlo bien:

Si tu hijo aún es un bebé, ten en cuenta que:

A los bebés menores de 6 meses es mejor no llevarlos a la playa, ni siquiera poniéndolos a la sombra. Su piel es muy delicada y no se les puede aplicar fotoprotectores.

•  A partir de los 6 meses deberá estar a la sombra y con la cabeza y el cuerpo cubiertos.
•  Sus ojos son muy sensibles, así que puedes hacerte con unas gafas de sol especiales para bebés que protejan sus ojos. Recuerda ponérselas exclusivamente  cuando se exponga al sol, nunca en interiores o en días no soleados.
•  Refréscalo de vez en cuando en las duchas o a la orilla del mar.
•  Asegúrate de que el fotoprotector es resistente al agua. En el agua las radiaciones solares son reflejadas y existe mayor probabilidad de sufrir quemaduras.
•  Recuerda llevar siempre agua fresca y zumos de frutas para evitar la pérdida de líquidos.
•  Dale alimentos ligeros y evita siempre las comidas copiosas.
•  Recuerda que a partir de un índice de protección 15-20 el incremento de la protección entre un número y el siguiente es mínima y no compensa la cantidad de fotoprotectores químicos que recibe la piel.

Y para el resto, no olvides las 10 reglas de oro que son muy fáciles de aprender y te evitarán cualquier problema con el sol:
 
1.    Aplicar una crema protectora de índice 15 o superior, buscar la sombra y evitar el sol entre las 11 y las 16 horas.
2.    Cubrir el cuerpo con ropa, llevar gorro y gafas de sol.
3.    Aplicar la crema en casa 30 minutos antes de salir.
4.    Volver a aplicar la crema al menos cada hora y media y más a menudo si nos bañamos o sudamos.
5.    Aplicar la crema aunque esté nublado o estemos en la sombra.
6.    Beber abundante agua
7.    Tomar alimentos fotoprotectores como la yema de huevo, el brócoli o el kiwi
8.    Usar una buena crema para después del sol.
9.    No conservar los fotoprotectores del año anterior.
10.   Enseñar a los niños a protegerse con nuestro ejemplo.

Y con todos estos consejos… ¡a disfrutar del verano seguros!